Vuelve la zona chusta tras un largo periodo de inactividad y vuelve con una película que podría haber sido buena, pero...
Del aclamado director del Proyecto de la Bruja de Blair nos llega esta, erm, película, que demuestra que de una idea interesante se puede sacar un cagarro si uno le pone el suficiente empeño.
La apariencia de cutrepelícula de serie B, donde unos intrépidos cazadores capturan una peligrosísima bestia, da lugar a una película con una premisa interesante. El bicho al que capturan, y que parece jodídamente duro, es una especie de alienígena, muy cabrón y muy listo, lo que les obliga a tomar toda una serie de medidas, donde toda precaución es poca.
Como no saben qué hacer con el bicho, se van a visitar a su amigo Wyatt, quien al principio no les recibe de buen agrado "sacad esa cosa de mi casa", y les previene de lo inconveniente de matarlo, pues solo generaría represalias, y sería peor, y que es mejor comerse el orgullo y dejarlo donde está.
Ésa es la idea, que podría dar juego, pero cuando el bicho se escapa, convierte la película en un correquetepillo, con el bichejo haciendo de las suyas, y que va diezmando a los habitantes de la casa con alegría y estilo, y no se puede negar que la tensión está más o menos lograda.
Sole, que te doy con el mechero.
En un momento de la película hace su aparición el Sheriff. No sé cuántos sherifes habrá en EEUU, pero sin duda éste es el más cretino de todos, con una facilidad pasmosa para apretar el gatillo (y de decir varias veces que la próxima va en serio, sin que lo sea), y obviamente se une a la fiesta de muertes ridículas, si bien la palma se la lleva el tipo al que el marcianito eviscera, para tener una divertida sesión de sokatira con su intestino delgado.
Pero claro, matarlo no, que sería peor, y todo ello pese a que el protagonista del hermano fue víctima de estos alienígenas en el pasado (y mira que dan pistas para pensar que éste no sea sino ese hermano) y están como quien dice, aguantándose las ganas. Uno de los cazadores, para más señas el más lerdo de ellos, es mordido y sufre una infección de caballo, que lo convierte en una especie de cadáver andante en descomposición.
Oye, yo no me pienso follar eso.
Como cosa buena de la película, que la tensión está más o menos bien lograda. Como mala, la resolución, que ahora viene en forma de spoiler.
La situación está jodida, pero aparece la novia del protagonista, a la que éste había tratado de alejar de la casa y del peligro, y de un tiro, a tomar por culo marciano, se lo carga. Hay unos instantes de "¿oh, Dios mío, qué es lo que acabas de hacer?", y viene la horda de marcianitos.
Pero en este caso pasa lo de siempre, el Teorema del Ninja; uno es temible, pero una multitud es ridícula, así que cuando la oleada de bichejos llega a la casa, el protagonista se esconde en el sótano, y cuando van todos como tontos, activa la bomba y se libra de ellos. Fin de la amenaza. ¿Y pudiendo hacer eso desde el principio, no era más lógico haberse cargado al prisionero en el minuto uno y salvar así a sus amigos? ¿Acaso su plan era librarse de estos?
El infame trailer
Ficha policial:
Título original: Altered. Año de perpetración: 2006. Comete: Eduardo Sánchez(El proyecto de la bruja de Blair). Autores materiales: Misty Rosas (conocida en su casa a la hora de comer), Paul McCarthy-Boyington (doblaba peatones en el GTA4, no es coña), Brad William Henke (Toni Tucci en "Dexter"), Michael C. Williams (hizo de sí mismo en "el proyecto de la bruja de Blair"), Adam Kaufman (apareció en algún capítulo de Buffy), James Gammon (aparecido en capítulos sueltos de "Bonanza", "Kung-Fu", o la serie de "Wild Wild West"). Un elenco estelar, vamos. Y viéndoles actuar, se entiende que no se hayan hecho famosos. Lo mejor: Que el argumento es cojonudo para partida de rol. Lo puto peor: El desenlace es absurdo y se carga todo el climax. Parece sacado de una mala partida de "Érase una vez". Calificación: Ridícula.
Tenemos hoy una adaptación al cine de un personaje de cómic, la sin par Catwoman. Pedazo de peliculón que os recomendamos fervientemente.
(Nota de Batman: ¡Santa-crítica-cinéfila, Robin! ¡Recuerda que hacemos esto para proteger al público de los horrores desconocidos!) . . . Está bien. ¡No la veais, insensatos! ¡Era broma! Es una castaña de película. Tanto, que se dice que el director renegó de ella cuando la vio, echándole la culpa al montaje. Qué fácil todo, tirar la piedra y esconder la mano. Muy bonito, sí señor.
Catwoman. Uys, no, espera, esta foto era para mi colección privada...
Entrañable personaje que ha rondado a Batman desde tiempos inmemoriales, haciendo de personaje comodín (ahora soy buena, ahora mala, soy una ladrona, pero tengo un código de honor, ahora me lío con Batman, luego soy una villana pero es que el mundo me hizo así... esas cosas).
Tenemos aquí a otro personaje que ha sufrido un proceso de kingpinización (gracias por el término, Jokin) en su paso a la gran pantalla. Esto es, el cambio de raza para la adaptación cinematográfica. Esto ya le pasó al propio Kingpin, a Boomer de Galactica (que además, cambio de sexo), y a Nick Furia. Claro, que en el caso de este último, mejor que haya sido así, al menos en cuanto a actores que lo han interpretado.
Hay cambios que son para mejor.
Pues esta película de la que hablamos, Catwoman, coge a este personaje de DC y, como hemos dicho, lo cambia de raza... y de nombre. En esta adaptación el personaje protagonista no se llama Selina Kyle, sino Patience Philips. Mi compañero Batman ha visto como su amada con traje de gato putón es sacada de contexto y del universo comiquero. Esto, al propio Batman, lo que le saca es de quicio.
En cuanto al argumento, pues yo qué sé. Resulta que hay una conspiración supermaligna por parte de una empresa de cosméticos para comercializar una crema de belleza adictiva. A corto plazo, alisa las arrugas que da gusto, y no puedes dejar de usarla. Más adelante, se te pone la cara asquerosita y acabas en el hospital. Peeeero, si la usas durante el tiempo suficiente, te conviertes en la supervillana de la película. Sharon Stone interpreta a la malvadísima dueña de la empresa de cosméticos, cuyo uso prolongado de la crema de marras ha hecho que tenga la piel de mármol. Terrible antagonista. Selina Ky... er... Patience Philips se ve envuelta en el ajo, casi muere en el proceso, resucita como Catwoman, chica conoce chico, descubren juntos el tema, la cosa se enfollona, pim pam pum, duelo final, ganan los buenos.
Mirad, no os voy a poner ni el trailer, que seguro que ya lo visteis en su momento. Si queréis ver una historia mala de Catwoman, ved esta otra, que seguro que el tipo que la hizo no ganó un chavo con ella, y además solo dura diez minutos.
Algunos datos:
Título original: Catwoman. Año de perpetración: 2004. Dirige: Pitof (Vidocq). Protagonizan: Halle Berry (Gothika, X-Men, Monster's Ball, Die Another Day), Benjamin Bratt (serie Ley y Orden, Traffic, Red Planet), Sharon Stone (Instinto Básico I y II, Casino, Desafío Total). Lo mejor: Halle Berry. Si no hablase. Y si se estuviera quieta. Y sin disfraz. Lo puto peor: La buena. La mala. La trama. Calificación: Puta mierda Montgomery.
O eso habéis resuelto con vuestros votos, a la hora de elegir a la peor película de superhéroes de la lista de atrocidades que os ofrecíamos. Aunque bueno, tampoco es que haya sido una votación masiva, todo hay que decirlo, ni una ventaja aplastante...
Por nuestra parte, pronto os traeremos a otra heroína de cómic, la sensual y meliflua Catwoman, película que nos tragamos el otro día con estupor y todavía andamos digiriéndola. Así hacemos penitencia por no comentar Elektra, que hacerlo nos obligaría a volver a verla (tras muchas horas de terapia para olvidar) y tampoco es plan de que suframos muerte cerebral siendo tan jovenzuelos y buenos mozos. Eso sí, si alguno tenéis Elektra fresca en la memoria o queréis sacrificaros por la causa viéndola de nuevas, aceptaremos gustosos la colaboración.
Me ha tocado el honor de reseñar esta gran bazofia que es Faust. Y digo honor porque hasta hace bien poquito (hasta el momento en que decidimos abrir este blog y ver quién traía la peor película del mundo) este film ha sido el número uno en mi top ten de basura cinematográfica.
Vi el cartel y piqué
Ya empezando por el título se le puede poner alguna pega. Traducida en España como Faust: La venganza está en la sangre, encontramos que su título en inglés es Faust: Love of the Damned. Y digo yo, ¿será tan difícil traducir bien un subtítulo? Entiendo que a veces hay que hacer adaptaciones con una traducción para encajarla en la cultura de destino. Pero en este caso no veo dónde está el problema. Hay que decir, en honor a la verdad, que al menos ambos títulos comparten una palabra. No como aquella otra peli del siglo XX llamada Carlito´s Way, y traducida como Atrapado por su pasado.
Pero decir que todo puede ser aún peor no es excusa para olvidar que Faust es una castaña bien gorda.
Trailer para engañar a los ilusos
La historia nos cuenta que John Jaspers (JJ para los amigos, y también para nosotros) vende su alma al Diablo, o a un diablo. Bueno, en cualquier caso, se la vende a un tipo que se hace llamar "M". Hace esto porque está muy enfadado porque unos malvados mafiosos torturaron y mataron a su novia, por lo que busca venganza.
La novia asesinada. Yo también vendería mi alma.
"M" concede a JJ los poderes para vengarse. Estos son: resistencia a las balas, alas coriáceas para planear por ahí, cuernos y piel fea llena de pinchos. También le da unas muñequeras con garras metálicas a lo Lobezno; poco sobrenaturales, pero muy útiles para cortar los ingredientes de una ensalada. JJ consuma rápidamente su venganza, y se da cuenta de que sigue al servicio del diablo que le dio los poderes, que le envía a hacer trabajitos sucios. Después de su primera matanza, es detenido por la policía (en concreto, por el detectiva Margolies) y enviado a un psiquiátrico. Allí es sometido a una terapia multicognoscitiva (toma geroma, pastillas de goma, que son pá la tos. Trocotró). Consiste en que la doctora nomeacuerdo, que acabará siendo la chica del prota, le pone cds de música para liberar recuerdos y curar. Por cierto, que para cuando el prota se lía con la doctora, avanzada la trama, ella le dice, con cara de éxtasis enamorado: "Te desee desde el primer momento en que te vi". Ese momento es cuando JJ está con una camisa de fuerza en una celda acolchada, mientras pone cara de colgado.
El caso es que los malos quieren matar a JJ porque, al quitarse su apariencia demoníaca y entregarse a la policía, está demostrando una voluntad propia que no le mola nada a "M". Intentan matarle en el psiquiátrico, pero este se escapa junto con la chica. Bla, ble, blí, persecuciones, mueren malos, dan por muerto al bueno, secuestran a la chica, más muertos, el bueno jura (más) venganza. Pasan más cosas, pero sinceramente, no las recuerdo.
El malvado y misterioso "M" tiene un culto muy satánico super-secreto. Lo que pasa es que posee un edificio con una enorme "M" en la fachada, y tienen una página en internet donde se describe el culto y otras leyendas relacionadas. Estas someras pistas son utilizadas por el astuto detective Margolies, que intenta descubrir qué ha pasado en realidad en torno a la montaña de cadáveres que va dejando JJ en su versión demoníaca. Al final todo converge en la mansión del culto satánico. Allí podemos ver lo malo malísimo que es "M", que controla a sus seguidores con mano férrea. Un Youtube vale más que mil palabras:
Impagable
Por fin descubrimos el plan de "M": invocar al terrible Homúnculo, mitad lagarto- mitad pene gigante- mitad marioneta (sí, has contado bien, son tres mitades) , y traerlo a la Tierra para comenzar el Apocalipsis. Comienza una macabra ceremonia, con frases más absurdas si cabe que antes, donde una vez aparecido el monstruo, comienza a freir con sus rayos (rayos cósmicos rosas que le salen de un pentagrama de la frente) a los cultistas. Harto innecesario, hay que decir, porque estos ya estaban apuñalándose unos a otros desde hacía un rato. Así que Jaspers irrumpe en la ceremonia, descubriendo que Margolies ya se ha convertido en otro cultista.
Mi pobre inconsciente ha enterrado esas imágenes finales; esto, unido a mi mala memoria, impide que recuerde con exactitud la secuencia de despropósitos que siguen. Baste decir que el bueno gana, el malo muere, y todos contentos. Sobre todo el espectador, que puede levantarse del asiento al fin, y confirmar con el de la butaca de al lado que la peli que ha visto es tan mala como cree.La primera vez que vi esta película, fui a verla al cine. El día del estreno. Fui con un amiguete, que era tan culpable como yo por haber elegido semejante basura. Lo entrañable del caso es que íbamos con dos chicas que apenas conocíamos, a las que habíamos engañado para ir al cine y luego tomar algo.
¿Adivinais, queridos amigos, quienes no se comieron un colín aquella noche?
Título original: Faust:Love of the Damned Año de perpetración: 2001 Dirige: Brian Yuzna (Reanimator, El Dentista I y II, Rottweiler, Dagon) Protagonizan: Mark Frost (¿Quién?), Jeffrey Combs (series varias, como Enterprise, los 4400, Masters of Horror), Jeniffer Rope (no dice ni pío, pero he puesto una foto suya. Fue presentadora de "Musica Sí"). Lo mejor: Esta vez no he pagado por verla Lo puto peor: Los diálogos sin sentido Calificación: Puta mierda Montgomery
Pues no amiguitos, no comentaremos Iron Man. Y eso que servidor fue a verla disciplinadamente al cine aprovechando las fiestas pasadas con la mirada atenta y la pluma afilada. Pero no, no la comentaremos, porque no es otra infumable película de superhéroes, sino que, sin ser tampoco ninguna maravilla de séptimo arte, es un espectáculo de acción entretenido, divertido, bien dirigido y aceptablemente interpretado, con buenos y comedidos efectos especiales y una historia interesante y fluida como telón de fondo.
Pero bueno, como el chip de las pelis malas de superhéroes ya lo llevaba puesto y no hay quien me lo quite, os dejo con una encuesta para que opinéis sobre el escabroso tema: ¿Cuál es la peor película de superhéroes de la historia? Hay muchas para elegir y algunas francamente infames pero también poco conocidas y casposas, de modo que he escogido algunas más conocidas y comerciales que seguro todo dios ha visto.
Corría el año 1992. Curro y Cobi campaban a sus anchas y todos celebrábamos con alborozo el genocidio cometido 500 años antes por un genovés de dudoso pasado que da nombre a una marca de detergente (no, Ariel no, esa es la sirenita). Ese clima terrorífico repleto de monstruos mariscalescos y fantasmas de tiempos muy pasados era el idóneo (aunque a los responsables de lo que nos ocupa todo esto les pillaba tan lejos que seguramente ni se enteraron) para la aparición del que la historia acabó reivindicando como el pionero de un nuevo género de videojuegos: el survival horror. Sí, amiguitos, lo habéis adivinado (o habéis leído el título del post y os habéis ahorrado adivinar nada, claro) me estoy refiriendo a Alone in the Dark.
Que juegazo. Un pintor se suicida en su vieja y tenebrosa mansión y nosotros (encarnando a un detective privado o la sobrina del pintor este) nos adentramos en este funesto lugar para meter nuestras narizotas en el asunto y, de paso, descubrir que aquello da un miedito del cagarse. Lovecraft estaría orgulloso de los creadores de esta joya, no porque aquellos gustaran de travestirse como el escritor de Providence, sino porque el juego captura de una manera magistral (para la época sobre todo) la atmósfera de sus novelas.
A esta obra maestra, claro, le sucedió una cantidad de secuelas considerable, la mayoría bastante dignas, hasta que ya en el nuevo siglo (2001), tomando el nombre del juego y el de los personajes se hizo una historia totalmente distinta e inconexa con las demás, que es lo les mola a los diseñadores de videojuegos. En esta ocasión, un detective de lo paranormal se encargaba de combatir a unos misteriosos seres de oscuridad a los que la luz, como era de esperar, no les gustaba un pelo.
Y eso nos lleva ya, casi casi, a Uwe Boll. Este señor, director de cine y alemán de nacimiento, es famoso por dos cosas. La primera, es por sus películas, lo cuál tratándose de un director de cine tiene su lógica si lo piensas. Aunque, para ser exactos, es famoso por lo malas que son sus películas. Considerado por algunos (injustamente todo hay que decirlo) como el nuevo Ed Wood, Boll ha firmado varias adaptaciones de videojuegos al cine que no han gustado a nadie: ni a la crítica (que sorpresa), ni a los fans de los videojuegos correspondientes (otra sorpresa), ni a los que pasaban por allí, ni a los pacientes fugados de un frenopático ni a mí. Pero como digo, Boll es famoso por algo más que la dudosa calidad de sus películas, y aquí, amados lectores, es donde veréis que me la estoy jugando al escribir este post, ya que este señor se dedica a boxear con sus críticos más feroces (que acepten el reto, claro). Puede atestiguarlo Carlos Palencia, de cinecutre.com (una web a la que ya nos gustaría parecernos, ya), que se enfrentó con Boll (en un combate más bien amistoso, eso sí) en el VII Festival de Cine de Terror celebrado en Estepona en 2006. Vale, todo fue para echarse unas risas y quedó en algo gracioso y simpático. Ni puta gracia, en cambio, tuvieron los cuatro combates que Boll mantuvo con otros tantos críticos suyos en Vancouver, que recibieron unas palizas bastante curiosas, especialmente un chaval de 17 años que luchó en último lugar y se llevó la del pulpo.
Pues sí, ya estamos aquí. Preparados para hablar de Alone in the Dark, la película. Edward Carnby (Christian Slater) es un investigador de lo paranormal de esos que investigan a tiros y porrazos. De pequeño tuvo una traumática experiencia con unos seres habitantes de la oscuridad y desde entonces no ha parado de patear traseros paranormales. Por eso, cuando los bichos demoníacos procedentes de la dimensión oscura quieren jodernos la vida, el bueno de Edward se alía con su novia antropóloga y los manda a todos a tomar por saco.
Tal y como ya se intuye en el trailer este, lo que podría (¿debería?) haber sido un film de terror con atmósferas sofocantes, horrores viscosos esperando en la oscuridad (¿dónde si no?) y la locura acechando al protagonista se convierte en un festival de tiros, explosiones y pirotecnias varias que ni siquiera como espectáculo de acción convence lo más mínimo. Para colmo de males, se pasa olímpicamente de la saga original del videojuego y el argumento solo queda lejanamente emparentado con el juego más reciente, que para el caso es como si hubieran rodado lo que les saliera de los cojones y lo hubieran llamado Alone in th Dark. Bueno, de hecho eso es exactamente lo que han hecho, claro.
"Dios, que poster más molón, esta peli debe ser de mucho canguelo". Incauto...
Diálogos de mierda pobremente interpretados por actores que no podrían estar peor dirigidos (y por tanto resultan peor digeridos) un argumento confuso e inconexo con personajes planos y sin carisma y otras lindezas colocan a Alone in the Dark en la cima de lo que es una adaptación de mierda de un medio a otro y posiblemente es la peor película basado en un videojuego, mérito, por cierto, muy difícil de alcanzar (aunque bueno, con Tetris la película quizás se pueda...).
Por qué las adaptaciones de videojuegos al cine son una mierda pinchada en un palo (exceptuando, a mi parecer la dignísima Resident Evil, aunque en las secuelas la cagan tanto que al final el conjunto es bazofia pura, y la divertidísima Doom, con momentos francamente impagables) es algo que merece una pequeña reflexión, aunque no nos conduzca a ningún lado. Los videojuegos están pensados para durar horas y horas y siguen un esquema que se repite en forma de "fases" o "niveles", al final de cada cual hay un nudo argumental, un cambio de escenario o algo que justifique la división, como un malo de final de pantalla. Vale, esto es un poco simplista, pero, ¿no reside la elegancia en la simplicidad? En cambio una película es mucho más corta y tiene un esquema narrativo más redondo o, al menos, redondeado. Si lo pensáis un poco (pero solo un poco, si lo pensáis más se me ve todo el plumerazo), ocurre con los videojuegos algo parecido a lo que sucede en los cómics: se alargan considerablemente más en el tiempo y tienen un esquema compartimentado que se repite (en este caso los números de la colección, los tebeos de toda la vida, oiga). Y sus adaptaciones al cine son, casi siempre, puta mierda. Aquí hay también honrosas excepciones (como la genial Sin City o la delirante Mistery Men), pero se pierden, como lágrimas en la lluvia (que es como se pierde todo cuando te flipan los speechs de Roy Bates) en un mar de castañas pilongas lleno de transformers, batmans, hombres equis y otras monsergas.
Resumiendo, que no veáis Alone in the Dark a no ser que la opción sea sufrir una dolorísima tortura a manos de un sádico torturador de la CIA, e incluso así, pensadlo bien. Con todo y con eso, servidor se niega desde estas líneas a aceptar lo que muchos afirman: que Uwe Boll es el peor director vivo y uno de los peores de la historia. Y lo confieso, tengo ganas de ver Postal. Quién sabe, quizás esta nueva incursión en el mundo de las adaptaciones improbables nos reconcilie con el director-boxeador.
La fichita:
Título original: Alone in the dark. Año de perpetración: 2005. Dirige: Uwe Boll. Protagonizan: Christian Slater (Entrevista con el vampiro, Amor a quemarropa y nada bueno desde entonces), Tara Reid (American Pie 2, episodios sueltos de la tronchante Scrubs). Lo mejor: Que es de Uwe Boll y así se puede luego hablar de su leyenda negra. Lo puto peor: Que es de Uwe Boll. Calificación: Puta mierda Montgomery.
O esa es la conclusión que mi retorcida mente ha sacado del resultado de la última encuesta. Preguntábamos, como recordaréis, sobre qué temas queríais que tratáramos en las futuras encuestas de este modesto blog. Pues bien, una amplia mayonesa ha escogido que las encuestas traten fundamentalmente sobre "películas malas que queráis que veamos". Vamos, que no contentos con el sacrificio que hacemos de tragarnos y desmenuzar estos bodrios queréis control sobre el proceso. Muy bien hecho, que cojones, interactividad de esa que gusta tanto, claro que sí. Además, muchas veces nosotros mismos no sabemos que mierda de película ver y así nos va, que acabamos viéndolas todas.
No olvidamos, no os creáis, a dos votantes anónimos que han optado porque hagamos encuestas sobre cuáles creéis que son las peores películas de la historia y sobre actrices, actores y directores que no deberían haber nacido (o al menos, no deberían haberse puesto cerca de una cámara ni el día de su boda). Pero tranquilos, que os satisfaremos a todos, como dijo tantas veces Traci Lords mucho antes de haber cumplido los dieciocho.
La zona chusta es un nido de spoilers (ya sabes, comentarios que te destripan el final u otras partes presuntamente sorprendentes de las películas). Estos spoilers están puestos por tu bien, para evitarte el disgusto de ver los engendros del celuloide que comentamos por estas latitudes, y aparecen a traición aquí y allá. Por ello, si a pesar de nuestro sacrificio y voluntarioso esfuerzo quieres ver alguna de estas películas con la mente virginal e ignorante, deberías leer con mucho cuidado o no leer en absoluto el post correspondiente.
Los culpables
Batman y Robin
Unos luchadores enmascarados contra el crimen, completamente heterosexuales, pero con mallas.